Ya pasaron 22 años de aquel partido, y todavía resuena en nuestros oídos el "dale campeón, dale campeón", cuando Arsenal contra todo pronostico previo, fue y gano en Mar del Plata, por dos a uno, y eso que comenzó perdiendo, pero como había dicho en la previa, un zorro del ascenso (el gran Vasco Iturrieta), "mis jugadores juegan mejor de visitantes, y sabremos que juego hacer. No nos den por muertos". La excesiva confianza de Alvarado, que había preparado una faustosa fiesta de campeón, le jugó en contra al local, y muy a favor al viaducto. La cuestión es que ganamos y ascendimos al Nacional B. En el camino quedaron también dos pesos pesados, Cipolletti (definición por penales en Rio Negro) y Belgrano de San Nicolas (que traía un invicto de 38 partidos como local).
La voz del hincha
Enviado por Pappo (http://soydelarse.awardspace.com/anecdotas.html)
Ascenso al Nacional B - 1992
La semana anterior a aquel 24 de Mayo, los hinchas del Arse nos fuimos de nuestra cancha semi-contentos (por lo menos sacamos un empate).
Todos nosotros sabemos que, estando el Arse de por medio, siempre, la esperanza es lo último que se pierde, por más resultado adverso que tengamos que remontar.
Así llegó aquel 24 de Mayo, yo llegaba a mi casa, 5,30 hs. de la mañana, después de una larga noche, bastante agotado.
Mi primo Daniel (aquel que sobresalía en la tribuna con el grito "bolas Arsenal"), me había comentado que era factible que ese día me pasaba a buscar 6,30 hs. Yo algo cansado por mi fisura y, creyendo que ya no venía, me recosté en mi cama tratando de descansar un poco. A las 7,10 hs. sonó el timbre de casa y se escucho la voz de mi primo gritando "Aguante el Arse".
Junto con 2 muchachos más, vecinos de él, partimos con un Renault 12 con rumbo a Mar del Plata y yo durmiendo la mona.
Cuando abro los ojos, ya estabamos en Santa Clara (km. 386) y eran las 13 hs.
Llegamos al estadio, procuramos conseguir nuestras entradas y fuimos a comer algo en un bar detrás de la tribuna local (aquella de la visera). Yo encare con una antigua casaca del Arse, aquella que tenía botones, que me presto un compañero de trabajo (Carlos Fernández), que guardaba desde que había abandonado el fútbol (fin de los `60). Nadie de jodio en aquel bar por mi casaca, al contrario, me invitaban a compartir su vino.
Cuando llegamos a la entrada, no se podía creer el desborde que había para pasar (hinchas de ambos equipos). Yo, con mi entrada en la mano pase pechando y nadie la agarro, así que mi entrada se la di al mellizo (Gorjón) y le dije "dásela a alguien que no tenga".
Me instale en la tribuna y no podía creer la cantidad de caras conocidas a 400 km. de Sarandí, estaban: Pepe, Chelo, Pomelo, Abrojito, Diego, Toti, Uruguayo, Beto, Vivaldo, Fugazza, Aldo, entre otros.
Cuando termino el 1er. Tiempo nos queríamos matar, perdíamos 1 a 0, pero, como dije antes, estando el Arse de por medio la esperanza es lo último que se pierde.
Y así fue, remontamos el resultado, logramos el ascenso y empezamos a dar la vuelta olímpica.
La gente de Mar del Plata nos comenzó a aplaudir durante la vuelta, hasta que el grueso de nuestra gente llegó a la cabecera local. Allí comenzó la batahola debido a la calentura e impotencia de los de Alvarado.
Cuando salimos, perdí a mis amigos, así que comencé a dar vueltas para localizarlos. En ese momento, la policía cerco a los hinchas del Arse cubriendo la lluvia de piedras que llegaban de los perdedores. Yo como buscaba a mi gente, quede fuera de ese cerco y tuve que correr de los gases junto con los de Alvarado. Al rato de los disturbios, totalmente perdido, me cruce con Aldo que al ver el cuello de mi casaca me dijo que me lo cubra con la campera.
Después encontré a mis compañeros de viaje, y rumbeamos para Sarandí. Durante el viaje, por Radio Rivadavia pasaron el Rap que habían preparado para Alvarado campeón, a pesar del resultado lo querían pasar.
Cuando llegamos a Sarandí, paramos en Los 3 Ases y Omar (el cajero) se hizo cargo de las muzzarelas que comimos.
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