Por Joaquin Oscar Carrizo
El Arsenal de Dario Franco va a los ponchazos, se cae, se levanta, un dia juega bien y no merece perder, otro dia juega como puede y gana dos partidos de visitante. De local se regala, y con errore de principiantes deja ir una verdadera final ante Colegiales. Va a Floresta, hace un gran primer tiempo, y en el complemento es un fiasco. No genera confianza, no transmite rebeldia, y parece un calco de todos los equipos que Arsenal tuvo desde 2021 en adelante. Son la nada misma.
Se depende mas de lo que terceros hacen en el campeonato, que lo generado por Arsenal, y sabemos que los milagros no se cumplen siempre. Ahora es mucho mas dificil, y mas complicado porque ese aire fresco de puntos obtenidos, que nos acerco a los que pelean la permanencia, se evaporan con chances desperdiciadas como ayer.
Este es un Arsenal que duele, pero duele de verdad, porque se dilapida todo. Y no sabemos si realmente se podra hacer la heroica. Jugadores que vinieron y no rindieron, y algunos se fueron sin jugar un partido. Decisiones que ahora se estan pagando. Errores que todos los años se repiten sistematicamente, y no se aprende. Quizas por necesidad, al no tener la capacidad financiera para terner incorporaciones de relevancia, y se depende de representantes o personas que ayudan con sponsors, etc.
Participar del futbol profesional, en las dos principales categorias, hoy y siempre fue complicado. La abundancia de equipos, muchos subvencionados por provincias o gerenciados por manos privadas, hace que muchas instituciones del area metropolitana esten en desventaja. Y vivir del pasado, con aquella gloria lograda ya es cosa acabada. No podemos pretender volver a aquellos años epicos, con una economia ajustada a la realidad. Lo que sucedio fue porque teniamos el aporte monetario y los contactos gracias a la gestion del gran Julio Grondona. A su muerte, todos "los amigos del poder" se olvidaron rapido de la mano que Don Julio les dio, desconcieron todo y son ingratos. Y en esa volteada cayo Arsenal, se cerraron las puertas, no atendieron mas las llamadas, y algunas malas decisiones tomadas, terminaron con cualquier posibilidad de renacimiento.
La soberbia nunca fue buena consejera, y menos en epocas de vacas flacas. Perseguir un paradigma donde todos se alineen a una sola voz y criterio, es cosa del pasado. Se debe abrir la discusion entre todos, entre aquellos que concuerdan con la dirigencia ciegamente, y en aquellos que critican y pueden aportar una mirada diferente. Pero si el club, quienes tienen la sarten por el mango, no escuchan, la causa estara perdida para siempre, y Arsenal vegetara en el ascenso hasta la eternidad.
