Ortiz, con su gol posibilito el retorno del triunfo para Arsenal. |
Por Joaquín del arse.
Y se vino la primera victoria de Arsenal en este Clausura. Luego de ir sumando merecimientos, en casi todos los partidos previos. Se nos venian escapando los resultados favorables y hoy en la tarde mendocina, por fin llego el ansiado triunfo, que nos da un poco de aire en esta lucha sin cuartel que será, de acá en adelante, por escapar de la promoción. Las victorias de San Lorenzo y Racing Club obligaban a buscar si o si, los tres puntos.
Comenzó mucho mejor el tomba, con dos chances de gol muy claras, pero de pronto Ortiz la metio desde afuera del area, y el partido dio un vuelco total a favor del Viaducto. Leguizamón tuvo dos muy claras, Cordoba otra tambien. Asi fuimos sumando oportunidades, transformando al arquero rival en figura. Se controlaba el balón con Caffa y Ortiz. No se sufria en defensa, porque los locales solo eran la voluntad de Villar. Carbonero era el tapon de todo el juego rival y Arsenal justificaba plenamente el resultado, más se suponia que en cualquier momento sumariamos un nuevo gol. Pero este no llegó y el complemento fue la otra cara de la moneda. Arsenal se refugio contra Campestrini (quien fue figura en el segundo tiempo) y tiro tibios contragolpes. Los cambios que hizo Alfaro (la entrada de Esmerado, fundamental) solo sirvieron para contener los continuos ataques del tomba, cada vez mas peligrosos sobre el area.
Sin punteria, con una defensa segura y un Campestrini inspirado, Godoy Cruz se puso impaciente y nublo su ataque, con centros que no llegaron a herir al arse. Asi, entre la impotencia del local y el juego abroquelado de Arsenal, se fue el partido, tras cinco minutos interminables de adición. Pero lo importante es que se quebro una racha de ocho partidos sin victorias y se mantuvo la distancia con San Lorenzo. Ahora vienen dos partidos seguidos de local, ante dos necesitados: Banfield y Tigre, dos finales a todo o nada.
Sin punteria, con una defensa segura y un Campestrini inspirado, Godoy Cruz se puso impaciente y nublo su ataque, con centros que no llegaron a herir al arse. Asi, entre la impotencia del local y el juego abroquelado de Arsenal, se fue el partido, tras cinco minutos interminables de adición. Pero lo importante es que se quebro una racha de ocho partidos sin victorias y se mantuvo la distancia con San Lorenzo. Ahora vienen dos partidos seguidos de local, ante dos necesitados: Banfield y Tigre, dos finales a todo o nada.
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