Publico Diario Popular
La derrota ante Boca causo un efecto impactante en el seno del plantel de Arsenal. Al menos, eso se desprende de la inesperada noticia que se conoció pocos minutos después del partido: Gustavo Alfaro no hizo declaraciones. Durante los últimos minutos de juego, cuando Boca se había puesto en ventaja y en un trámite de 11 contra 10 que su equipo no podía resolver, el entrenador del equipo de Sarandí hizo varios gestos muy elocuentes a sus jugadores: "toquen, toquen, por favor", se adivinaba en una especie de dígalo con mínica que terminaba con las palmas de las manos juntas y los índices sobre la boca, como quien eleva una plegaria.
Después, a la salida de los vestuarios, se excusó de la prensa con un inusual:" mañana hablamos, muchachos". Y antes de que chocaran los planetas apareció en escena Campestrini quien llevó la voz cantante: "se nos escapó. Quisimos plantear el partido como lo habíamos hecho en la ida en Sarandí pero no pudimos ni con un hombre más. Boca es un equipo copero y tiene en claro lo que quiere. Ahora nosotros perdimos terreno en la copa y ya tenemos que pensar en el partido del lunes frente a All Boys para tratar de seguir engrosando el promedio".
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