Ya casi es una costumbre... cuando el pseudo periodismo no tiene de que hablar, comienza a meter cuña en cuestiones donde no deberia abocarse... pero es más facil mirar minucias, que atacar a lo que verdaderamente interesa, si es que desean que se los llamen periodistas... Arsenal se está jugando una carta brava, la más importante de su historia, al decir de Julito Grondona, nuestro presidente. Olé, sistematicamente nos vive atacando, menoscabando, menospreciando, minimizando todo lo que hace esta institución que nosotros amamos genuinamente.
Rispideces hay en todos los planteles, pero no con mala leche, y querer mostrar cierto ambiente que no lo hay, es de una bajeza muy marcada, pero bueno, viniendo de donde viene, no extraña...
Sigamos avanzando tranquilamente... que los dueños del negocio busquen mierda donde no la hay... Arsenal sabe a donde apunta, ya cuando ascendimos nos decian: _ Ustedes duran un año... cuando entramos a las copas: _ Y que queres.. es por Grondona... cuando ganamos la Sudamericana: :_ Cambiaron el reglamento a ultimo momento para favorecerlos.. cuando fuimos a Japon: _ Pero esa copita quien la invento? ... hoy, que peleamos el campeonato con armas limpias, siguen como francotiradores, acechandonos.. y lo más lamentable, que "los verdaderos cobardes" no muestran su cara, mandan a un empleado a escribir cosas, que ellos piensan pero no se animan a decir...
Saludos queridos hinchas del Arse... el domingo sea el resultado que sea, orgullosos de ser del Viaducto
Publicado en Olé.
Fue una explosión. Una reacción insospechada que rompió con la monotonía imperante en Sarandí. La práctica de fútbol que dispuso ayer Gustavo Alfaro llevaba su curso habitual, hasta que los alaridos irrumpieron en el lugar y el desasosiego se apoderó de la escena. ¿Qué pasó? Claudio Mosca intentó cortar un avance de Nicolás Aguirre, quien se lanzó al ataque por derecha con la intención de desbordar y tirar el centro. En su afán por recuperar la pelota, Mosca lo taló desde atrás con saña. “¡Andá despacio Mosqui! ¡Tranquilo, viejo!”, gritó Cristian Campestrini. Y el volante, en vez de bajar los decibeles, redobló la apuesta: “¡Callate la boca y dedicate a atajar!”. Anonadado por la respuesta de Mosca, el arquero estalló. Raudamente se sacó los guantes y fue corriendo hacia la mitad de la cancha dispuesto a batirse a duelo. Pero todo quedó ahí, porque el resto del plantel los separó para evitar el inicio de una contienda que parecía inevitable.
Luego de la práctica, ambos hicieron las paces. “Me sorprendió la reacción de Claudio, es un chico muy tranquilo”, comentó Campestrini. Y concluyó con una broma: “Después casi terminamos a los besos”. Mejor así.
Luego de la práctica, ambos hicieron las paces. “Me sorprendió la reacción de Claudio, es un chico muy tranquilo”, comentó Campestrini. Y concluyó con una broma: “Después casi terminamos a los besos”. Mejor así.
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