Por Joaquín del Arse.
Las derrotas son derrotas, por más que algunas veces se tiñen para disimularlas. Esta noche, Arsenal cayó por uno a cero ante el Fluminense, y quizás de manera injusta, por lo que se vio durante todo el partido. Un gol tempranero de los locales condiciono el resto del encuentro. Quince minutos iniciales a todo Flu, que lentamente se "desinflo" y dejó que Arsenal, por sus propios medios, le diera un susto tras otro.
Fallamos en la definición, lamentablemente encontramos un arquero inspirado, al que le salieron todas. Y se nos escapó un empate que hubiera sido lo más justo, si nos atenemos a lo que se vio en la cancha.
Más allá de las expulsiones, el arbitraje paraguayo dejó mucho que desear. Para el futuro, podemos observar que Arsenal hoy, en Rio de Janeiro, se recibio en la materia "actitud", algo fundamental en lo que se refiere a competir en la Copa Libertadores.
Campestrini fue uno de los puntos altos del Arse, con tres tapadas que le dieron al equipo, la seguridad de poder contar con el arco cerrado. Leguizamon tuvo la chance más clara, pero tambien encontro una muralla en su camino (Cavalieri, la figura del partido).
Arsenal fue superior, en muchos tramos del partido, pero no tuvo precisión, a la hora de la estocada final, sin embargo, repitiendo esta actuación, podemos decir, que el futuro le puede sonreir mucho mejor que a los del Flu.
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